sábado, 9 de febrero de 2008

LA INSTITUCIÓN COMO UNA CONSTRUCCIÓN DE QUIENES LA OBSERVAN Y LA PERCIBEN.

...Una invitación al recuerdo de nuestras propias vivencias: la biografía escolar.

“No tenemos oídos para escuchar aquello a
lo cual no tenemos acceso desde la vivencia”-
F.Nietzche

Las instituciones son construcciones sociales[1]: es decir que existen y se caracterizan de acuerdo con el modo en que se las percibe. Quien observa y percibe puede ser cualquier miembro de la comunidad: un alumno, un ordenanza, un padre; un empresario, un docente, un político, etc.
Todo lo que se registra adquiere significado y está condicionado por la mirada de quien lo observa.
Son las personas, tanto como observadores externos o dentro de la misma institución, en cuanto actores institucionales, quienes le otorgan significado a lo que allí acontece.
Los significados emanan de las concepciones teóricas, ideológicas e inclusos de la propia historia de quienes participan de la institución.Estos significados no siempre son tan claros, tan evidentes, porque suelen permanecer ocultos, no develados, al menos directamente, en un plano inconsciente. Sacarlos a la luz, permite que reflexionemos sobre ellos y podamos compartirlos e interpretarlos; otorgarles sentido y develar cómo están incidiendo en nuestros modos de percibir la institución y sobre las propias prácticas, más tarde, como docentes.
No podemos de dejar de considerar que toda la vida de las personas transcurre en instituciones: algunas son de pertenencia voluntaria (la iglesia, el club, etc) mientras que otras, como la escuela, se constituyen como espacios de tránsito y permanencia obligados…
Pero lo que ambas tienen en común es que “se inscriben en el campo de lo individual, de la subjetividad, dejando sus marcas y huellas a las que los actores les dan su propio sentido, creándolas y recreándolas constantemente en la vida cotidiana. Desde este lugar, individuo e institución se requieren y construyen mutuamente en un vínculo de permanente intercambio".[2]

Como señala Feldman[3], “El trabajo sobre la propia práctica y la propia historia (por medio de la autobiografía) se convierte en un poderoso instrumento para su eventual transformación…”


Traigamos al presente, entonces, estas experiencias que forman parte de los aprendizajes previos, plataforma a partir de la cual comenzarán a desplegarse nuestras concepciones y modos de percibir las instituciones, lo que es enseñar y aprender, ser docente, ser alumnos…



“Los relatos no son nunca meras copias del mundo, como imágenes fotográficas, son interpretaciones. (...) Mac Ewan

La reflexión personal acerca de su propia historia escolar, es un medio que nos permite conectarnos con nuestras experiencias vividas como alumnos para luego poner a dialogar estas vivencias con lo aprendido desde la teoría y registrado a partir de la observación de la realidad.


[1] Para la elaboración de estos conceptos tomé como referencia los escritos de Ruth Harf en su libro: “Conduciendo la escuela”- Ediciones Novedades Educativas- Buenos Aires; 2004-
[2] Graciela Frigerio – Margarita Poggi; “El análisis de la institución educativa. Hilos para tejer proyectos”; Bs. As,; Edic. Santillana;1999-
[3] Feldman, D. Ayudar a Enseñar. AIQUE. Bs.As, 1999. pág.96 y 97.

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